Hace algunos días me preguntaban cuál era en mi opinión el factor clave en una práctica de continuidad de negocio. Es una pregunta difícil porque no existe un único aspecto. En mi opinión existen más aspectos humanos, financieros, políticos y de cultura organizacional que técnicos o incluso tecnológicos que vigilar y sortear en el camino.
Ya había comentado que antes siquiera de pensar en hablar de continuidad, debemos entender lo que un plan de continuidad conlleva. Ahora bien, si lo entendemos y estamos en condiciones de formularlo, ¿qué sigue? ¿por dónde empezar? ¿qué barreras debemos vencer?
Aspectos Humanos
A simple vista pensaríamos que difícilmente en una empresa existiera quién se opusieran al tema de continuidad de negocios. La realidad es que generalmente no percibimos los beneficios de implementar alguna práctica de este tipo para hacer frente a contingencias que ni siquiera conocemos o vislumbramos. Si bien debiera ser un tema de máxima prioridad para la Alta Dirección, el resto de las áreas, y por supuestos los individuos que las conforman, sienten que asistir a reuniones de capacitación o de identificación de los procesos críticos es poco productivo. En pocas palabras, el desconocimiento provoca rechazo.
Aspectos Financieros
Al momento de iniciar con el tema de Continuidad, debemos asegurarnos que contaremos con todos los recursos necesarios, ya sea materiales, tecnológicos o humanos, y al final de cuentas, cada uno de ellos implican una inversión. Por ello, es necesario justificar la inversión requerida en términos del costo asociado a las interrupciones en los procesos de negocio, tal como pérdida de ingresos, baja productividad operativa o incluso daño a la imagen/reputación organizacional para dar más relevancia a la importancia de dichas prácticas.
Dicho de otra forma, es necesario conocer las consecuencias de largo plazo de los ahorros del corto plazo, y esto no solo es aplicable a la tecnología.
Aspectos Políticos
Aquí podemos enfrentarnos con temas desde quién administrará la Continuidad, hasta la disputa por recursos que ello conlleva, dados los montos de inversión generalmente asociados. He conocido empresas que por el desconocimiento, encargan al área de TI la implementación, pero es evidente que la tecnología no es el tema angular.
Otra discusión común dentro de los temas políticos es la definición de los procesos verdaderamente prioritarios, pues cada área observa los suyos propios como indispensables para que la organización funcione.
Y por último, algunas áreas de negocio que creen que la implementación de esta práctica, distraerá recursos y atención hacia sus proyectos por parte de la Dirección, por lo que generalmente se oponen.
Cultura Organizacional
Algunas organizaciones piensan que diseñar una estrategia de continuidad equivale a reconocer sus debilidades y por consiguiente áreas de oportunidad, por lo que prefieren pensar que estarán preparados para reaccionar ante cualquier contingencia, con las consecuencias ya podemos imaginar.
Antes que nada, es necesario que el responsable de la práctica de Continuidad en la organización, evangelice a todos los niveles de la organización respecto a su importancia.Por último y no menos importantes, cuando mencioné aspectos técnicos, básicamente me refería a (1) conocer a la organización a profundidad y (2) definir adecuadamente el alcance. Por lo que, es necesario que el área responsable de la Continuidad no sea el área de TI, sino un área con mayor perspectiva del negocio y con el empowerment necesario para coordinar a toda la empresa.
En resumen, todos los aspectos que mencioné, son los mismos susceptibles de presentarse en cualquier tipo de proyecto, con la única salvedad que la Continuidad de Negocios, justamente no lo es. Es un proceso continuo y dinámico, tanto como la organización misma y el entorno en que se encuentra.
Publicado por Disaster Recovery