Sin duda los cambios en el entorno de negocios han generado un sinfín de cambios en las funciones organizacionales y TI no es la excepción. En los últimos 10 años, con el surgimiento de nuevas tendencias tanto de negocios como tecnológicas, la función de TI ha sufrido una transformación radical y por consiguiente los roles y funciones de quienes conforman el área, en particular el preponderante rol del CIO.
La figura máxima en el ámbito de las tecnologías en la empresa ha pasado de ser meramente un administrador de los activos informáticos a un arquitecto tanto de la estrategia como de la infraestructura de TI. Debe ser visionario con un enfoque de innovación y gestionar recursos informáticos, financieros y humanos.
Está muy claro lo que las organizaciones modernas requieren del responsable de la función informática. Pero, ¿cuántos CIOs en activo poseemos esas competencias? ¿Cuántos futuros prospectos a CIOs las poseen? ¿Cómo las pueden desarrollar quienes están transicionando hacia este rol?
Es natural que la persona con mayor antigüedad en el área -y no necesariamente competencias- se convierta en el jefe absoluto de la tecnología conforme la organización lo demanda y entonces podemos encontrar así muchos casos en que el otrora responsable de todo lo que no es papel o madera se convierta en la figura de mayor autoridad en TI. Entonces tenemos CIOs que de formación son químicos, ingenieros civiles, matemáticos y hasta biólogos. Mi punto es que habría que revisar qué tanto entendimiento tienen de los temas que atañen a la función.
Ya mencioné que el CIO moderno tenía que ser entre otras cosas un estratega. Por lo tanto, deberá entender también sobre visión, liderazgo e innovación y además poder aplicar estos conocimientos a la peculiaridad de la función tecnológica.
Dada la misma evolución tecnológica de la que somos parte, no dudo que en el futuro podamos insertar un chip en las personas que logre la programación necesaria. Pero a falta de ello, en este momento debemos recorrer un largo camino en formarnos como CIOs, una suma de experiencias y conocimientos.
El CIO moderno debe dominar temas financieros para poder dialogar con el CFO, de negocios para comprender la perspectiva de lo que la empresa busca en términos de valor, de innovación para ofrecer una perspectiva de transformación, de procesos para estructurar eficazmente la arquitectura, de trabajo en equipo para poder ser un excelente compañero de juego con el resto de los directivos, de ética para evitar la tentación de incursionar en prácticas indebidas, de mercadotecnia para saber tasar precio a los productos informáticos y vender las iniciativas al resto de la organización y –principalmente- de gestión de capital humano para administrar el activo más importante a su cargo. Es necesario comprender que el rol del CIO va más allá de solo lo que circunscribe la función.
Solo así podemos estar seguros que cualquiera que haya sido el tránsito de quien ocupe hoy la silla del CIO en la organización, está a la altura de las circunstancias y no es un CIO por accidente.
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