Recursos Humanos: el área menos preparada para la era digital
- Arturo Téllez

- 15 oct
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 30 oct

Hace unos días conversaba con una colega del ámbito organizacional sobre la velocidad con la que la tecnología está transformando los procesos de trabajo. Coincidíamos en algo: mientras casi todas las áreas avanzan hacia la digitalización, Recursos Humanos parece caminar en sentido contrario.
Paradójico, considerando que se trata del área encargada de atraer y desarrollar el talento que liderará la transformación digital.
El reciente análisis de El Economista sobre la “paradoja del reclutamiento con inteligencia artificial” lo refleja claramente: las empresas cuentan con más herramientas tecnológicas que nunca —algoritmos de búsqueda, plataformas de IA, evaluaciones psicométricas en línea—, pero los procesos son más largos, impersonales y arbitrarios que antes.
Más tecnología, menos eficiencia
La promesa era acelerar la selección de talento. La realidad es que hoy los candidatos enfrentan filtros interminables y tiempos de respuesta que se miden en semanas, no en días. De acuerdo con datos del Foro Económico Mundial, el 64% de las organizaciones en América Latina reconoce tener dificultades para cubrir posiciones digitales, pero gran parte del problema radica en sus propios procesos internos: el reclutamiento digital se sofisticó, pero los equipos no se capacitaron.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señala que solo 1 de cada 5 profesionales de RH posee formación sólida en competencias digitales o analítica de datos. Estamos usando tecnología del siglo XXI con criterios de selección del siglo XX… y con la lentitud del siglo XIX.
El cuello de botella invisible
Recursos Humanos debería ser el motor de la innovación interna, pero en muchas organizaciones se ha convertido en su cuello de botella. Los sistemas automatizados filtran currículums sin entender matices, las pruebas psicométricas miden cualquier cosa menos la capacidad real, los algoritmos privilegian palabras clave sobre experiencias reales y los procesos dejan fuera perfiles con alto potencial simplemente porque no “ajustan al formato”. Al final los reclutadores —saturados por procesos que no entienden— se refugian en el correo automático y el silencio.
Mientras tanto, las empresas pierden talento. Y el talento pierde interés. La ironía es brutal: la IA prometía eliminar sesgos, pero terminó amplificando la desconexión entre las personas y quienes deberían entenderlas mejor.
El costo de no digitalizar a quienes deben digitalizar
El futuro del trabajo no se detiene. Y si las áreas de RH no actualizan sus capacidades, pronto quedarán relegadas al margen del propio cambio que intentan gestionar.
No se trata de reemplazar al reclutador por un algoritmo, sino de integrar la inteligencia humana con la artificial, de usar la tecnología para acercar, no para excluir. Las empresas que comprendan esto marcarán la diferencia: serán las que entiendan que la verdadera eficiencia digital no viene del software, sino de la gente que sabe usarlo con criterio y propósito.
Reinventar el rol de RH antes de que la tecnología lo haga por completo
La transformación digital exige algo más que comprar software: demanda reaprender el propósito de cada función. Recursos Humanos no puede liderar el futuro del trabajo si no domina su propio presente digital.
En la era de la IA, la empatía, la analítica y la agilidad deben coexistir. Y si el área responsable de atraer talento no logra adaptarse, será la primera en ser reemplazada por la tecnología que no supo entender.
¿Tú qué piensas? ¿Crees que Recursos Humanos está liderando la transformación digital o simplemente la está observando desde la banca?



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