Un estudio reciente patrocinado por uno de los más grandes fabricantes de equipo de cómputo a nivel mundial, asegura que la tecnología no es sólo una herramienta facilitadora, sino también un incentivo a la productividad y una necesidad para ser competitivo en el mercado.
Los expertos hablan sobre cómo la tecnología es un instrumento para crear entornos productivos y felices. Coinciden en que los empleados que disponen de la tecnología correcta para desempeñar mejor su función, muestran niveles de satisfacción laboral por arriba del promedio.
Aunque el estudio está claramente enfocado a la tendencia de movilidad, un dato relevante, es que el 82% de los empleados en mercados emergentes consideran que es muy importante contar con la última y/o mejor tecnología.
Al leerlo, me cuestionaba si la situación contraria provoca un efecto adverso. Es decir, ¿no disponer de la tecnología adecuada, puede provocar infelicidad en los empleados?
No hablo de si la felicidad será resultado de la tecnología informática y de negocios ‘per se’, pues me parece que la respuesta contundente, es no. Hablo de cómo la tecnología adecuada, entregada de forma oportuna y eficiente facilita el día con día de los empleados, al grado de generar engagement o compromiso con la organización.
Es ampliamente compartido que muchos de los usuarios en las organizaciones reportan un bajo nivel de credibilidad y satisfacción por los servicios informáticos y de tecnología, entregados por las áreas de TI. Sea esto real o una mera percepción, se gestan en las organizaciones una serie de deformaciones:
Los usuarios buscan por sí mismos, proveedores externos de sistemas que respondan de forma más ágil que sus áreas de TI
Las áreas de negocio “crean” sus respectivas áreas informáticas con personal especializado que le desarrolle y entregue, y mantenga su propia tecnología
Algunos de esos usuarios, sufren una metamorfosis a profesionales de negocios con “techskills” altamente desarrollados
Y sin embargo, con ello no necesariamente obtienen al final los resultados esperados.
¿Cómo podemos los responsables de las áreas de TI, contribuir a que nuestros usuarios sean empleados felices?
Sin duda, el punto de partida es el entendimiento de las necesidades de las áreas usuarias respecto a sus requerimientos de tecnología, ya sea un sistema, un aplicativo o un simple equipo móvil. Pero, es de suma importancia resaltar que la responsabilidad del entendimiento es mutua, tanto del negocio como de TI.
El segundo punto para garantizar que la tecnología que proporcionemos al interior de nuestras organizaciones realmente generará productividad y un mejor “fluir” laboral, es el manejo de expectativas. En este punto existe una mayor responsabilidad por parte de TI en evangelizar adecuadamente a la organización respecto de la tecnología, sus beneficios, implicaciones y riesgos. Decir clara y llanamente lo que la tecnología nos puede dar y lo que nos puede quitar. Hoy más que nunca, estamos más conectados hacia afuera y dentro de la organización gracias al internet, la movilidad y las herramientas de mensajería y correo electrónico, pero ¿cuál es el costo a nivel personal y organizacional?
Y como último punto, la comunicación efectiva, oportuna y franca hacia toda la organización, sobre el avance de la implementación y/o entrega de las herramientas o infraestructura.
Se trata entonces de entender que otro de los objetivos de la tecnología además de ofrecer valor a la organización, es ser un facilitador para los empleados, permitiéndoles desempeñar mejor su función y concediéndoles como consecuencia el espacio que a nivel personal requieren.
Esto posiblemente no hará de nuestros usuarios, seres humanos más felices en el ámbito laboral, pero si con menos frustración por las promesas no cumplidas de TI.
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