
Se menciona mucho en la literatura de negocios, de la importancia del rol de las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) en las organizaciones de hoy. En particular se remarca una evolución del CIO (Chief Information Officer) o rol de aquellos quienes están a cargo de esta función refiriéndolos como "Jugadores Puente", haciendo alusión a ser vínculo entre las áreas de negocio y la función tecnológica.
Pero me preguntaba, a propósito de esas empresas que son como cuadros de Dalí por su complejidad y absurdo, si en realidad los tecnólogos somos facilitadores del negocio, o en algún punto de la historia organizacional nos convertimos en inhibidores del mismo. Es bien sabido que la función de TIC, es por excelencia en muchas empresas, fruto prohibido por el poder que otorga el manejo de la información y la administración de los activos informáticos. Por lo que, tampoco es de extrañar que en ocasiones, la organización le rinda culto a la persona a cargo de dicha función y muchas de las decisiones relevantes para el negocio dependan de esa figura. Atentos debemos estar a no promover conductas inapropiadas que favorezcan que el área de TIC (o cualquier otra área) se vuelva un coto de poder de medidas desproporcionadas. ¿Cómo? Descentralizando el conocimiento, utilizando prácticas transparentes para justificar las decisiones y revisando continuamente si los individuos a cargo, encajan con las expectativas y estrategias del negocio. El tema de la tecnología en las organizaciones, es como siempre menciono en mis cátedras, más un problema cultural y por ende, de las personas, más que un tema del hardware o software que posee la compañía.
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