Era un cambio anunciado. Obligado. Al menos durante los últimos 5 años se insistió en la necesidad de digitalizarnos, de desarrollar nuevas habilidades para la adopción de nuevos enfoques y herramientas que facilitaran nuestra vida personal y profesional.
Teletrabajo, educación en línea, comercio electrónico, convivencia virtual y, entretenimiento digital son entre otras algunas de las consecuencias que la pandemia trajo consigo por el confinamiento.
Consecuencias positivas, considero, desde cualquier ángulo que lo observemos, pues de no haber sido así, seguramente continuaríamos marchando al ritmo que lo veníamos haciendo y aplazando este momento. La única excepción han sido los aspectos de trámites gubernamentales, que han evidenciado una estrategia débil de gobierno digital, o incluso nula al menos en México.
Ahora bien, el otro lado de la moneda está encendiendo las alertas. Las afectaciones a la economía, el desempleo, la proliferación de las fake news, la ciberdelincuencia y una agudización del aislamiento social. Ni siquiera los aspectos positivos son generalizados para toda la población, en un país como México, en los que ya de por sí la economía estaba bastante deteriorada antes de la emergencia sanitaria.
Por lo que, solo nos resta aprovechar al máximo este momento histórico sin precedentes, al menos para las últimas 3 generaciones. Revalorar nuestras destrezas y desarrollar aquellas en las que tengamos áreas de oportunidad para sacar ventaja de la situación.
Por supuesto, no todo es digital. De hecho me atrevería a señalar que eso es solo el soporte, pero las habilidades blandas tomarán una preponderancia aún mayor. Aspectos como la resiliencia, la colaboración y el pensamiento crítico serán todavía más importantes para sobrevivir a los embates del nuevo orden global.
No sabemos a ciencia cierta cuándo se tendrá una vacuna y si pondrá un “fin” a esta situación, pero lo que sí podemos intuir es que el mundo no volverá a ser el mismo que conocíamos antes de la llegada del 2020.
Es necesario reinventarnos en lo personal y en lo profesional, pues será la nueva normalidad para una gran mayoría. O en su defecto, morir aislados en nuestra zona de confort pensando que todo esto es transitorio.